Calzado vegano elaborado a partir de neumáticos y airbag de coche reciclados

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Álex y Paula creadores de la marca de zapatos veganos Nae Vegan

Nae Vegan, marca de calzado vegano, suma a sus zapatos elaborados con materiales orgánicos, como el piñatex o el corcho, una nueva colección de botas hechas con pedazos de neumático y airbag de coche reciclados. El objetivo es recuperar aquello que era un residuo inasimilable para el medio ambiente y convertirlo en calzado de calidad. Estarán presentando su nueva colección en BioCultura Madrid.

 ¿Cuándo nace Nae Vegan y por qué decidís crear zapatos veganos?

Nae (No Animal Exploitation) nace en enero de 2008 con la voluntad de ofrecer mayor diversidad de calzado acorde con la actitud vegana.  El objetivo fundamental fue poner a disposición del público, de forma fiable, zapatos en cuya fabricación no hubieran sido empleados animales instrumentalmente. Siendo coherentes con ese mismo objetivo, no podíamos dejar de lado aquellos otros que están estrechamente vinculados a esta producción. No podíamos producir en un espacio de fabricación industrial donde bípedos implumes sufren condiciones de servidumbre y explotación. Por eso, hemos buscado siempre hacerla allí donde las condiciones fueran más dignas y cercanas. Tampoco pensamos que pudiera ser acorde con ello menospreciar el valor del medio ambiente, y no hacer ningún esfuerzo por tratar de evitar contribuir a la devastación que se está produciendo. También queríamos ofrecer un producto de calidad que cumpliese ciertos criterios estéticos.

Álex y Paula creadores de la marca de zapatos veganos Nae Vegan
Álex y Paula creadores de la marca de zapatos veganos Nae Vegan

¿Qué materiales utilizáis para sustituir a la piel?

A groso modo, para lo que es corte y forro utilizamos microfibras ecológicas, corcho, textil proveniente de PET reciclado de botellas, tejido proveniente de piña, airbags… Y para las suelas hacemos uso de neumáticos reciclados, de EVA, de Siringeira, de madera…

Respecto a las microfibras, están hechas de poliéster, algodón y nylon. Según el tipo de microfibra que se quiera obtener (más resistente, más suave…) varia la proporción de sus componentes. Ciertamente es un tipo de “plástico” y por ello, no es un material 100% ecológico. Pero para garantizar la durabilidad y resistencia en algunos casos, no tenemos una alternativa más ecológica. Aunque también tenemos que decir que no existe un material 100% ecológico, biodegradable y resistente, que no tenga impacto alguno sobre el medio.  Si lo comparamos con el cuero, existe un estudio universitario que concluye que hacer un par de zapatos de piel consume 5 veces más petróleo que si los hacemos con microfibra debido al tratamiento de curtido que requiere.

De todas maneras, siempre que nos resulta posible, usamos materiales más naturales, reciclados (algunos resisten mucho dadas las condiciones de los materiales del neumático o la flexibilidad conseguida con el tejido de PET, y de mayor actualidad son los airbags residuales que empleamos en el corte de algún modelo), más biodegradables, como el corcho, caucho –que son naturalmentte impermeables–, Piñatex (material de muy reciente aparición, que ha resultado de gran resistencia y se están desarrollando mejoras en el mismo), algodón, etc.

Las plantillas suelen estar compuestas de un aglomerado de cartón laminado pero estamos viendo más opciones para el siguiente catálogo, que puedan tener una laminación más ecológica, mayor comodidad en la amortiguación y que se amolden mejor a la forma del pie.

Materiales suelas:

  • EVA es un compuesto químico (Etilvinilacetato) aislante empleado para algunas suelas.
  • Suelas de neumático reciclado (habitualmente para sandalias, extraídas de ruedas de coche y avión).
  • Suelas goma natural: suelen ser de caucho natural que proviene del árbol del caucho conocido como siringa o siringeira.
  • Caucho natural mezclado con madera.
  • Madera.
  • Goma sintética. En general, la goma sintética ofrece una mejor resistencia a la abrasión que la natural, así como una resistencia superior al calor y los efectos del envejecimiento. Muchos tipos de goma sintética son resistentes a las llamas, así que pueden ser usados como aislantes para aparatos eléctricos. También se mantiene flexible a bajas temperaturas y es resistente a la grasa y el aceite. Una bastante empleada es el Neolite, versión desarrollada por Goodyear del caucho sintético estireno-butarieno.
  • Termoplástico (TR). Para modelos que necesitan suelas resistentes. Los termoplásticos o TR, son unos plásticos que, a temperaturas altas, se convierten en flexibles y muy maleables. Dentro de las suelas termoplásticas, utilizamos las de TPU, obtenidas a partir de poliuretano termoplástico, son suelas especialmente cómodas por sus características de flexibilidad, amortiguación de la pisada, capacidad antideslizante, y, como todo poliuretano, ligereza y aislamiento.

 

Muchas marcas de zapatos que se denominan veganas utilizan polipiel u otros materiales derivados del petróleo ¿es una solución?

Para nosotros, que tenemos un objetivo puesto en el medio ambiente, un material como la polipiel y similares son burdas soluciones que no alcanzan siquiera el nivel de la microfibra. Si no existiera otra opción, parecería una alternativa pero, existiendo tejidos de mayor calidad que disponen de una composición y un proceso de manufactura con un menor impacto medioambiental, no contemplamos una opción emplear este sintético ni otros parecidos.

RESISTENTE AL AGUA

¿Habéis conseguido elaborar calzado vegano que sea resistente al agua?

Entre las características de muchos de los materiales empleados está su resistencia y durabilidad con respecto a múltiples variables, entre ellas la humedad. Incluso si se trata de llegar a ser impermeables, aislantes, y con ello reducir la posibilidad de que en esa humedad se produzca actividad bacteriana.

 ¿Cómo y dónde elaboráis vuestros zapatos?

Todos los componentes son adquiridos en Portugal, Italia y España, salvo el Piñatex porque es producido en una cooperativa agroecológica en Filipinas (es un modelo sostenible y de economía social), y todos disponen de certificados. La fabricación del calzado se realiza en fábricas dentro del territorio del norte de Portugal, alguna de ellas con una enorme tradición textil, con todas las inspecciones y auditorías al día: disponen del certificado de la normativa ISO. Cada componente y modelo debe pasar los tests del Centro Tecnológico del Calzado Portugués. Esta mayor proximidad, comparada con gran parte de la oferta que se consume en Europa, permite reducir el consumo de recursos usados en el transporte.

UN TRABAJO QUE DA RESULTADOS

El veganismo está en auge… ¿Por qué?

Entendemos que el trabajo elaborado durante años, por parte de muchas personas que hemos tratado de divulgar, facilitar, reflexionar, etc., al respecto, va dando sus frutos. Todo ello ha contribuido a expandir esta postura y ha permitido que cada día sea más fácil encontrar disponible cualquier útil necesario libre de explotación animal.

¿Qué esperáis de vuestra participación en BioCultura Madrid?

Nos gustaría pensar que podemos dar a conocer las opciones que ofrecemos ante un mayor público, que pueda cuajar interseccionalmente con muchos participantes concienciados en asuntos como la bioconstrucción o la conservación de biodiversidad agrícola, o al menos generar una reflexión entre un público cercano a cuestiones como modelos de economía solidaria, sostenibilidad medioambiental, etc.

Por: Tamara Novoa

Caboclo: Una aventura social y ecológica

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El sueño de los hermanos Lima, Leo y Juliano se hizo realidad en 2007. Un año antes, y dentro de su filosofía, ya comenzaron a trabajar con “joyería” realizada con semillas de diferentes pueblos de Brasil. Pero su deseo de rescatar la fabricación artesanal de las culturas antiguas, que se estaba perdiendo a pasos agigantados, hizo que se pusieran en marcha y estudiaran la posibilidad de hacer resurgir toda una tradición cuyo resultado fue Caboclo. La presentación de unas sandalias realizadas bajo los siguientes criterios: un buen diseño, utilización de materiales reciclados, hechas a mano y con un trasfondo social. Con dos tiendas en el Gótico de Barcelona empezaron la andadura que se extendió por diferentes ciudades de España y después se internacionalizó a otros países, principalmente Europa, EEUU y Japón. Hablamos con Juliano para que nos explique más sobre los proyectos actuales y futuros.

Juliano Lima en su tienda Caboclo de Barcelona.
Juliano Lima en su tienda Caboclo de Barcelona.

¿Cómo surge la idea de apostar por la moda sostenible, ecológica y social?

Decidimos apostar por el trabajo artesanal, pero también dando la misma importancia a la materia prima usada. Caboclo tiene una trayectoria de 11 años y cuando empezamos,   la moda sostenible tampoco era  tan popular como es ahora. Pero para nosotros, siempre nos pareció la manera más congruente de montar una empresa de moda. El consumo es el mayor poder que tenemos,  y a día de hoy vale más que nuestro voto; y sí, nuestra misión era intentar incentivar a las personas a consumir de una manera humana y más sostenible, porque si cambiamos la forma de consumir las empresas se verán obligadas a cambiar sus propuestas.

¿Qué tipo de tejidos utilizáis?

Utilizamos cuero natural, curtido en procesos naturales 24 veces más lentos que el industrial y reciclamos neumáticos de coches para las suelas.

Cuéntanos cómo es el proceso de creación y elaboración.

Tenemos una línea muy sobria de zapatos y sandalias. Nuestra mayor línea de pensamiento es desarrollar un zapato de cuero que pueda ser bonito hoy y de aquí a 10 años… diseño minimalista y sencillo que se pueda usar en diferentes ocasiones; por ejemplo, nos gusta mucho lo antiguo, pero también nos fijamos en la calle donde observamos las tendencias, de ahí la inspiración a la hora de diseñar. Cada uno de nuestros zapatos está realizado a mano en Brasil por nuestros artesanos. Es una premisa básica, la elaboración y la materia prima vienen determinadas sobre la creación; de nada sirve dibujar un zapato sobre papel si es imposible producirlo artesanalmente. Nuestras colecciones son un proceso entre los maestros artesanos y nosotros, unimos la técnica con la creación.

¿Trabajáis con alguna certificación? ¿Contáis con ayudas en Brasil?

No trabajamos con ninguna certificadora ni tenemos ayudas del Gobierno de Brasil; tampoco en España están por la labor. El tema de la certificación, desafortunadamente,  es muy cara de obtener: mandar a una empresa europea o estadounidense para que nos den la certificación tiene un coste sin sentido. Creemos en el trabajo de nuestros artesanos y los materiales que utilizan, ese es nuestro mejor certificado.

Sandalias Caboclo para mujer elaboradas con cuero natural y neumáticos reciclados.
Sandalias Caboclo para mujer, elaboradas con cuero natural y neumáticos reciclados.

¿Cuáles son los principales problemas que habéis encontrado para sacar adelante un proyecto como el vuestro?

Todas las grandes empresas de moda tienen una subvención enorme de los gobiernos. La forma en que está siendo desarrollada la moda en los últimos 15 años es de las industrias, que además de poderosas, están entre las que más contaminan, aunque el comprador no lo sepa. Las grandes multinacionales han hecho mucho daño a la mentalidad del consumidor actual, hacen creer que una camisa cuesta 6 euros o un zapato 30 euros, y esto es lo más difícil de explicar al posible comprador: es de locos, para que alguien use una camisa de H&M, Zara o Primark, hay alguien pagando muy caro en alguna parte del mundo, sin olvidar el terrible impacto ecológico que con sus acciones provocan. Toda esta masa de ropa acaba enterrada en los vertederos y con ello sus químicos, que se meten en las entrañas de la tierra, matando poco a poco nuestro planeta.

¿Has percibido un cambio en el comprador? ¿Una mayor preocupación por lo que adquieren?

Sin duda sí. Hoy, con toda la información que hay sobre el problema de la Fast-Fashion y también la conciencia de que tu piel es el mayor órgano de tu cuerpo, la gente ya no quiere solamente comprar verdura ecológica o utilizar cosmética con certificación. Saben que la moda es una importante manera de expresar sus ideales a través de su ropa del día a día. Muchos clientes dejan de comprar en grandes cadenas para volver a mercados a buscar cosas vintage.

Más allá de la concienciación de la población que corre a cargo de asociaciones o de productores como vosotros, ¿creéis que es necesaria una regulación?

Regular va con política y hasta ahora política va con la gran empresa. ¿Quién lo regularía? ¿Iniciativas pequeñas como nosotros o grandes firmas tipo Inditex? Nunca la moda vivió un monopolio tan grande. Yo creo más en las personas y en el poder de la información para que los propios consumidores sean los que regulen el mercado.

Tenemos el hándicap de que el coste de las prendas ecológicas o sostenibles continúa siendo una barrera para el crecimiento del sector. ¿Qué futuro le deparas? ¿Crees que el cambio de hábitos en la población hará que bajen los precios al aumentar el consumo?

Todo producto tiene un coste real y éste debe ser valorado por su trabajo y dedicación. Lo más importante aquí es saber que ese coste social y ecológico de tu producción son aquellos que repercuten en la elaboración de un producto. Las personas somos parte del ecosistema y desarrollar productos verdes que no miren a los trabajadores involucrados en el proceso de producción, sería mirar a otro lado. En este momento sí que puede ser una barrera el precio, aunque si conocemos el producto sabemos que su calidad es muy superior. Las grandes empresas ven que esa porción no pueden perderla y se están apuntando al carro de lo verde, pero usando los mismos métodos que en el resto de su fabricación. Cada vez más, el consumidor está mucho más informado y sabrá que sus hábitos serán determinantes para cambiar el sistema. El futuro no será la compra de un producto, será la compra de una historia.

Por: J.Carlos Moreno, Director Técnico de BioCultura y responsable de Planeta Moda.