Sostenibilidad y elegancia de la mano de ESGOA
Publicada enESGOA pretende ser más que una marca de ropa. Además de producir camisas para hombre de manera sostenible, la empresa fundada por Alfonso Onorato busca “cambiar el mundo desde nosotros mismos”. En esta entrevista, Alfonso nos desgrana todas las claves éticas y estéticas de ESGOA, además de reflexionar sobre otros temas en torno a la moda sostenible.
¿Por qué crees que apenas existen marcas de moda sostenible para hombre?
En general, en nuestro mercado, no existen casi marcas de moda sostenible. Esto es debido a que en España todavía no ha llegado el movimiento slow fashion o de moda sostenible, por lo que todavía el negocio no es muy rentable. Es verdad que ha llegado el movimiento slow food que podemos ver con el auge del vegetarianismo, veganismo o real food. Después de la comida llega la ropa, lo que no sabemos es si llegará este año o los próximos.
Por otra parte, en el ámbito de la moda, las mujeres suelen comprar más online que los hombres, y considerando que las tiendas digitales están en auge es comprensible que haya más marcas de moda sostenible femeninas que masculinas. Actualmente, vendemos camisas sostenibles con patrón de caballero, y vendemos tanto a mujeres como a hombres. Nuestro objetivo es a medio plazo ser una marca unisex.
¿Qué hace diferencial a ESGOA respecto a otras marcas?
Si entendemos como competencia todas las marcas de moda, nuestro principal elemento diferencial es que somos sostenibles, es decir, respetuosos con las personas y con el medio ambiente. Somos transparentes, producimos a nivel local en España, en un taller de confección pequeño de 6 trabajadoras en las que nos aseguramos de la legalidad y de las condiciones éticas. Además, nuestras telas son de algodón orgánico, es decir, que no utilizan pesticidas ni insecticidas y están certificadas con el sello ecológico GOTS.
Si entendemos como competencia las marcas de moda sostenible, nuestra principal diferencia es el diseño. Un diseño elegante, original e innovador con un cuello italiano con botón, ojales del mismo color y diferente al color base de la camisa y con el logo en la manga cerca del codo en vez de en el pecho. Éste diseño permite vestir elegante y en todos los ambientes, desde ocio y trabajo hasta ocasiones especiales.
Finalmente, nuestros valores, queremos vivir el presente, ser conscientes de cada momento y sobretodo, cambiar el mundo a través de nosotros mismos. En nuestro blog, hacemos entrevista a los que llamamos: ESGOA changemakers, agentes de cambio que están emprendiendo un proyecto o comunidad social para aportar su grano de arena.
¿Cómo y por qué nació el proyecto? ¿Cuántas personas lo formáis?
Surgió por una necesidad. Quería vestir sostenible y elegante al mismo tiempo, pero no encontraba nada. Así que decidí dejarlo todo para emprender, tenía mucho miedo, pero no me gustaba lo que hacía previamente y sabía que algo dentro de mí, como un fuego interior, me estaba gritando que debía iniciar este camino. Emprender este proyecto, generando un impacto positivo en la sociedad y cambiando el mundo empezando por cambiar yo mismo.
Lo formamos tres personas actualmente: María García de Pesquera, directora de marketing o CMO; Nicole Senz, community manager; y yo (Alfonso Onorato, CEO y fundador). Lo que más me gusta es que ESGOA somos todos, es una actitud de querer cambiar el mundo. Somos una startup muy horizontal, cada uno tiene sus funciones, aprendemos de los demás y todos tomamos decisiones, no hay jefes, hay líderes. No hay ego, ni caretas, hay personas.
¿Qué fue lo que te hizo interesarte en la moda sostenible?
Lo moda es arte. Una manera de expresarnos y comunicarnos. ESGOA es solo una pintura, un trazo. El pincel es la mente de cada uno, y cada día decidimos qué trazos o pinturas dar, es decir, qué ropa vestimos. Nuestra propuesta es ofrecer una pintura que no estaba antes en la paleta: la moda sostenible. No todo el mundo quiere utilizar esta novedad puesto que generalmente, al ser producida localmente y con materiales ecológicos, suele ser algo más cara.
A través de la moda podemos llegar a muchas personas y dar ese agua o esa manera de pensar para que cada uno nos convirtamos en changemakers e intentemos aportar algo bueno a la sociedad y al planeta. Para ello, primero tienen que querer, porque podemos dar agua pero no podemos dar sed (ni queremos).
¿Has notado algún cambio significativo en este aspecto en los últimos años?
Sí, por supuesto. La vida es cambio. Todo cambia constantemente. Sobre todo, las personas. Cuando uno cambia, todo cambia. Mi mentalidad ha cambiado y con ello, mi manera de ver el mundo, a las personas y a la moda.
De hecho, nosotros estamos haciendo eventos llamados ESGOA Changemakers en los que cada cierto tiempo traemos a un emprendedor social o agente de cambio para que cuente su historia, las veces que ha fracasado, sus aprendizajes y sus inspiraciones, lo que le ha llevado a hacer y ser lo que es. Lo que nos damos cuenta es cada vez viene más y más gente. De hecho, el próximo viernes, 27 de septiembre, por la tarde es el siguiente evento en el que vendrá Santi, CEO de Liight. La asistencia es gratuita así que si queréis saber más información, publicamos todo en nuestras redes sociales, especialmente, en nuestra cuenta de Instagram.
¿Cómo crees que se avecina a corto plazo la moda sostenible en nuestra sociedad?
No lo sé, pero como buen soñador, te diré que sueño. Sueño que la moda sostenible no sea un futuro sino un presente en la sociedad española. Sueño que vestir con materiales ecológicos y con producción ética en España no sea una innovación si no una característica de todas nuestras prendas. Sueño que cada vez haya más sociedad despierta, más changemakers.
¿Piensas que en general los consumidores se fijan en los materiales con los que están hechos las prendas antes de comprarlas?
Sí, no siento que sea su principal motivación de compra pero sí lo tienen en cuenta. Los motivos pueden ser diferentes: la calidad de la ropa, alergias, fácil o difícil planchado o generar un impacto positivo en el planeta evitando el uso de pesticidas e insecticidas. Este último no es el principal no mucho menos, pero cada vez se está teniendo más y más en cuenta.