Roberto Rivera Cámara está al frente de Calcetines Mestizaje. Fabrican, de manera muy artesanal, desde Pradoluego (Burgos). Son calcetines de algodón orgánico y de lana merina con atractivos diseños.
¿Cómo se fundó Calcetines Mestizaje y por qué?
Calcetines Mestizaje comenzó su andadura en 1997 con la idea de aprovechar los recursos que teníamos en el pueblo, Pradoluengo (Burgos), una pequeña villa de la Sierra de la Demanda con tradición textil que se remonta al siglo xv. Siempre tuvimos claro que los calcetines tenían que hacerse con el hueco que el armario les reservara y ocupar su sitio con la importancia que tienen.
A FUEGO LENTO
¿Cuál es el balance desde entonces?
La idea fue hacer una marca de calidad y respetuosa con el medio ambiente, en la medida de lo posible, sin prisa y con mucho cariño, para obtener un producto que se desmarcara de lo normal. El fundador, yo mismo, Roberto Rivera Cámara, soy una persona a la que siempre le gustó el mundo de la moda y que, tras cerrar una tienda de segunda mano (Mestizaje), soñó con hacer realidad su sueño y una forma de ganarse la vida. Reconozco que he tenido buenos maestros a mi lado, maestros que me han enseñado desde saber mirar un escaparate a estar atento a las tendencias de la gente para poder anticiparme. También estoy siempre intento para crear un producto diferente y hacer una marca con su propia identidad y estilo, intentando ser todo lo ecológica posible y respetuosa con el medio ambiente, para poder hacerla sostenible y de cercanía. Fundamos Calcetines Mestizaje sabiendo que, tarde o temprano, estarían de moda y que la idea tenía futuro a largo plazo, que era lo que necesitaba, porque las cosas bien hechas necesitan hacerse a fuego lento. El balance es positivo, claro. El balance después de casi veinte años es satisfactorio. Muchas horas de calle y de mercados, muchos fines de semana fuera de casa… pero todo ese trabajo ahora nos está dando sus alegrías.
ALGODÓN ORGÁNICO Y LANA MERINA
¿Con qué materias primas fabricáis y cuál es vuestra certificación?
Fabricamos los calcetines con algodón orgánico y también hacemos una colección con lanas merinas para el invierno.
¿Dónde fabricáis y quién diseña los productos?
Los calcetines los fabricamos en Pradoluengo (Burgos), en un taller familiar. Paso el tiempo en el taller haciendo las muestras, eligiendo los colores que queremos y dando forma a la colección. Los diseños los elijo de muchas maneras, en libros, arte, en la naturaleza y de la observación de la calle. Tenemos unos diseñadores que nos preparan sus ideas y hacen posible que éstas se plasmen en los calcetines, un trabajo laborioso y nada sencillo. Buscamos tener variedad para hacer una colección amplia que sea del agrado de nuestros clientes y que pueda abrir el abanico de posibilidades a la hora de elegir. Si algo nos diferencia de los demás es el puño sin gomas, que no deja marca, no aprieta y no se cae, algo que no te pasará inadvertido y que agradecerás.
MOMENTO ACTUAL
¿En qué momento está el textil orgánico?
Considero que el textil orgánico tiene futuro y es una necesidad apremiante para cualquiera que utilice productos ecológicos y respete la vida. Es bueno y con mucha proyección. Calcetines Mestizaje es una firma a la que imagino dentro de 10 años, siendo optimista, como una marca de calidad que habrá crecido, en la medida de lo posible, haciendo su sueño realidad y aportando su granito de arena para que la rueca siga girando y para que, en nuestro querido pueblo, el sonido de los telares esté presente y pueda haber personas que sigan trabajando en una industria que existe desde el silgo XV, haciendo paños, boinas, mantas y calcetines. También veo que un poco habrá ayudado a que los calcetines ocupen el lugar que les corresponde dentro del armario. Hacer calcetines es un trabajo casi artesanal, porque son muchos los pasos que hay que dar para terminar de presentar el artículo.