Desde Trankilament nos dicen: “Nos gusta vivir respetando el medio ambiente y a las personas, por esto nuestras prendas están fabricadas de forma sostenible y ética, con materiales muy suaves que también respetan nuestra piel. El algodón ecológico que las compone permite reducir el consumo de agua y permite la rotación del cultivo en los campos, así como el reciclado de los desperdicios para la alimentación animal”. Hablamos con Óscar Montón, uno de los responsables de Trankilament.
Montón señala: “Diseño y estampo las prendas desde Baleares, intentando hacer el máximo del proceso aquí, en casa. Por tanto aportamos todo lo que podemos por la economía local. Además todo tiene los certificados GOTS de producción ecológica. PETA, de no utilización de animales en los procesos. Y FAIR WEAR, de producción ética. Por tanto, vestir Trankilament es sinónimo de vestir con conciencia a la vez que también es vestir ropa que es delicada con nuestra piel. Porque nuestros productos no contienen químicos ni productos tóxicos para el organismo humano”.
¿Por qué vuestro textil es sostenible?
Por varios factores, además de por los certificados internacionales que nos avalan como es GOTS, certificado que garantiza la no utilización de productos químicos en los procesos de fabricación y un cultivo sostenible gestionando bien el agua y el entorno. Como digo, por varios motivos. A lo dicho hay que añadir, además, nuestros procesos que son siempre Zero Waste porque utilizamos materiales reciclados en nuestros envíos y minimizamos al máximo el uso de plástico, el cual hemos casi reducido al 100%. Es así porque creemos firmemente en la necesidad de aportar nuestro granito de arena a un cambio planetario.
¿Cómo definirías vuestros diseños?
Nuestros diseños son artísticos y con un estilo propio. Al crearlos siempre exploramos nuevas técnicas para crear texturas, trazos, composiciones y finalmente pequeñas ilustraciones únicas, intentando que cada uno de ellas sea una pequeña obra de arte. Actualmente y a la vista de las circunstancias actuales hemos decidido ir más allá e ir creando nuevos motivos continuamente para alimentar nuestra colección de manera continua, y que así nuestros clientes (ya sea directo o pequeño comercio) encuentren algo nuevo en nuestra web cada poco tiempo. Se harán series limitadas y sólo haremos repeticiones de algunos de ellos.
¿Qué certificación tiene el algodón u otros materiales con los que elaboráis vuestras prendas?
Nuestras prendas tienen varios certificados que nos garantizan las buenas prácticas en su fabricación y procedencia: Fair Wear, GOTS, Peta Vegan, 100 Organic. Además de Global Reclyced Standard y Aeko-Tex. Básicamente utilizamos algodón orgánico y alguna vez tenzel pero no descartamos añadir cazadoras hechas con plástico reciclado y más.
¿A quién van dirigidas esos productos? ¿Quién compra vuestras prendas?
Nuestras prendas van dirigidas a todo el mundo. Intentamos mantener precios razonables para que tener una prenda ecológica no resulte un esfuerzo. Evidentemente ofrecer los precios del fast fashion es imposible, pero tampoco queremos, ya que somos partidarios de un consumo responsable. Nuestro público suelen ser amantes de la naturaleza y gente concienciada con la ecología y el comercio justo.
¿Cómo veis el mundo del textil sostenible en nuestro país? ¿Hacia dónde se dirige?
Como siempre vamos a la cola, pero cada día somos más marcas las que ofrecemos productos sostenibles y a mejor precio. Eso y la posibilidad para el cliente de tener una prenda, un producto o un regalo más exclusivo, producido con cariño, cerca de casa y a pequeña escala, creo que nos van abriendo camino.
¿Qué ha cambiado en este sentido tras la pandemia? ¿Ahora se vende más online?
Da la sensación de que sí, de que se vende más online, pero esperemos que se vuelva a trasladar la venta al pequeño comercio y que todo se normalice. De todas maneras imagino que los que han notado más la subida de las ventas online son los monstruos del comercio online.
¿Cómo empezó esta aventura y cuál es el balance que hacéis ahora?
¡La aventura sigue! Empezó ya hace años cuando nos dimos cuenta de que había que hacer algo, por poco que fuera, por el medio ambiente y por las personas. Yo soy diseñador gráfico e ilustrador y siempre me había picado el mundo de la moda, la serigrafía… Y tras unos años con otra marca que diseño, Amb la Calma, decidí empezar con el algodón orgánico, etc. ¿El balance? Bueno, la clientela es fiel y repite, y eso es muy gratificante. En algunos markets y ferias, como BioCultura, al entrar en contacto con el cliente final, las sensaciones son muy buenas. Ahora, lo que necesitamos es que todo se normalice un poco y ¡seguir!