Azul, rojo, negro, todos los colores con los que nos vestimos provienen de tintados químicos, que contaminan las aguas del planeta. Los pigmentos naturales no pueden abastecer las demandas del mercado, ni garantizar la calidad necesaria. Pero, ¡atención!, porque no todo está perdido. En Girona, Manel Subirats ha encontrado la fórmula mágica que puede cambiar el mundo. Nos lo explica acompañado de Santi Mallorquí, otro de los grandes pioneros en la investigación del color orgánico.
En la tienda de Organic Cotton Colours no hace falta ambientador -se huele a limpio-, ni tampoco el interiorismo habitual para atraer al cliente. Todo lo que nos rodea invita a oler y a tocar. Santi Mallorquí disfruta introduciendo a los visitantes en el mundo de las sensaciones. Pero hoy, además, nos ha citado para hablarnos de un proyecto que puede, ni más ni menos, cambiar el mundo.
-Siempre te he visto muy optimista, pero ahora lo estás más que nunca…
-¡Sí! Desde que empezamos, hace 25 años, el mundo de la moda se ha hecho mucho más consciente de la necesidad de ser sostenible. Pero ahora está a punto de llegar una auténtica revolución, que puede implicar incluso a las grandes multinacionales del sector.
El fundador de Orgànic Cotton, Ángel Sánchez, fue pionero en introducir en España una variedad de algodón de tonalidad verde, marrón y crudo que cultivaban las tribus andinas. Años después, Santi Mallorquí dio un paso más y desarrolló su propio cultivo en Brasil, con 150 pequeños agricultores independientes. “Nuestro algodón procedente de Brasil tiene todas las garantías. El cultivo es biodinámico, con semillas libres de transgénicos, sin irrigación de agua, trabajado con tracción animal. Nos está yendo muy bien, pero el mundo quiere y necesita más color que el que le da la tierra, y ahora tenemos la posibilidad de conseguirlo sin contaminarla”.
Santi nos invita a pasar a la trastienda, y nos presenta a Manel Subirats que extiende sobre la mesa muestrarios con todo tipo de tonalidades de colores que llevan la firma “Greendyes” (teñido natural). Los colores pastel de las bobinas de
algodón contrastan con los que muestra sonriente Manel Subirats. El rosa “baby” es uno de los más caros, y el negro, hecho con cenizas de Brasil, uno de los más baratos.
-Me imagino que, si el proceso es tan simple, los costes serán más baratos…
-M. Subirats: Sí, el proceso es más corto y mucho más barato. El tintado se hace en frío y se completa en tan solo diez minutos, mientras los naturales pueden durar días.
-S. Mallorquí: Por eso, el descubrimiento de Manel ya tiene muchas solicitudes. Las grandes marcas de la moda comienzan a ser sensibles a la demanda de sostenibilidad del mercado pero, sobre todo, con GreenDyes ven la posibilidad de abaratar costes. Tenemos ya como clientes a Inditex, Calvin Klein, Tommy Hilfiger…
Por: Peté Soler
Este fragmento forma parte de un artículo más extenso donde desglosamos las tiendas de moda sostenible en la ciudad de Barcelona y publicado en el número 75 de la revista ‘The Ecologist’. Puedes conseguirla en kioskos o bajo pedido en la siguiente dirección: hola@planetamoda.org